Las catequinas del te verde
Las catequinas y los antioxidantes, protegen al cuerpo contra el daño ocasionado por los radicales libres.
El té verde contiene una amplia gama de antioxidantes (entre los que se encuentran las catequinas, la vitamina C, la vitamina E y los bioflavonoides) que atrapan y destruyen a los radicales libres. Estos antioxidantes también interfieren en la cadena de reacciones de los radicales libres, evitando el deterioro de las células y tejidos del cuerpo.
El principal ingrediente del té verde en la lucha contra los radicales libres es la EGCg. Entre otras cosas, la EGCg extiende su escudo altamente protector sobre los ácidos grasos y los lípi- dos del cerebro. Estos ácidos grasos y lípidos son especialmente gran parte del envejecimiento del cerebro.) Manteniendo «renovadas» esas partes del cerebro, la EGCg nos ayuda a mantenernos jóvenes y en forma.
Los conservadores como la vitamina E o BHA se suelen añadir al aceite de cocina para evitar que se ponga rancio. Sin embargo, en las pruebas de laboratorio donde se usa aceite salado, las catequinas del té verde mostraron efectos antioxidantes mucho más fuertes que la vitamina E o BHA, y cuando se combinaban con las vitaminas E y/o C, los efectos de las catequinas eran mucho más pronunciados.
En un descubrimiento similar, los investigadores informaron en Cell Biophysics que el té verde era un carroñen) de radicales libres más eficaz que la vitamina C o E.
Gracias a su acción antioxidante, las catequinas pudieron combatir a un carcinógeno mortal que se halló en el humo de los cigarrillos. Cuando a las ratas se les dio té verde y fueron expuestas al NNK, uno de los más potentes componentes que provocan cáncer en el tabaco, las catequinas inhibieron la «ruptura de filamentos simples» en el ADN de las células del hígado de las ratas.37 Esto es importante porque cualquier daño al ADN puede iniciar el proceso del cáncer, de modo que evitando este primer impacto discapacitador, podría evitarse la carcinogénesis.
Además de actuar como antioxidantes, las catequinas actúan junto a otros antioxidantes, aumentando sus efectos protectores sobre las células sanas del cuerpo. Ayudan a reforzar los vasos sanguíneos capilares, protegen contra la lesión a las membranas celulares y disminuyen el índice de oxidación de las grasas (conocida causa de cáncer).
Un estudio realizado en 1992, publicado en Cáncer Research confirma la idea de que el té verde puede «acelerar» ciertas enzimas y antioxidantes en el cuerpo. Tras alimentar con catequinas a los ratones sin pelo durante 30 días, los científicos descubrieron que las actividades de los antioxidantes y de las enzimas buenas habían aumentado en el intestino delgado, el hígado y los pulmones. Los investigadores de la Fundación Americana para la Salud de Valhalla, Nueva York, también informaron que las catequinas habían tenido un efecto positivo en las enzimas del hígado humano. La capacidad de dos enzimas hepáticas (citocromo P450 y glucuroniltransferasa) para neutralizar y excretar las sustancias tóxicas, aumentaron cuando se dio a los pacientes catequinas de té verde.
El té verde contiene una amplia gama de antioxidantes (entre los que se encuentran las catequinas, la vitamina C, la vitamina E y los bioflavonoides) que atrapan y destruyen a los radicales libres. Estos antioxidantes también interfieren en la cadena de reacciones de los radicales libres, evitando el deterioro de las células y tejidos del cuerpo.
El principal ingrediente del té verde en la lucha contra los radicales libres es la EGCg. Entre otras cosas, la EGCg extiende su escudo altamente protector sobre los ácidos grasos y los lípi- dos del cerebro. Estos ácidos grasos y lípidos son especialmente gran parte del envejecimiento del cerebro.) Manteniendo «renovadas» esas partes del cerebro, la EGCg nos ayuda a mantenernos jóvenes y en forma.
Los conservadores como la vitamina E o BHA se suelen añadir al aceite de cocina para evitar que se ponga rancio. Sin embargo, en las pruebas de laboratorio donde se usa aceite salado, las catequinas del té verde mostraron efectos antioxidantes mucho más fuertes que la vitamina E o BHA, y cuando se combinaban con las vitaminas E y/o C, los efectos de las catequinas eran mucho más pronunciados.
En un descubrimiento similar, los investigadores informaron en Cell Biophysics que el té verde era un carroñen) de radicales libres más eficaz que la vitamina C o E.
Gracias a su acción antioxidante, las catequinas pudieron combatir a un carcinógeno mortal que se halló en el humo de los cigarrillos. Cuando a las ratas se les dio té verde y fueron expuestas al NNK, uno de los más potentes componentes que provocan cáncer en el tabaco, las catequinas inhibieron la «ruptura de filamentos simples» en el ADN de las células del hígado de las ratas.37 Esto es importante porque cualquier daño al ADN puede iniciar el proceso del cáncer, de modo que evitando este primer impacto discapacitador, podría evitarse la carcinogénesis.
Además de actuar como antioxidantes, las catequinas actúan junto a otros antioxidantes, aumentando sus efectos protectores sobre las células sanas del cuerpo. Ayudan a reforzar los vasos sanguíneos capilares, protegen contra la lesión a las membranas celulares y disminuyen el índice de oxidación de las grasas (conocida causa de cáncer).
Un estudio realizado en 1992, publicado en Cáncer Research confirma la idea de que el té verde puede «acelerar» ciertas enzimas y antioxidantes en el cuerpo. Tras alimentar con catequinas a los ratones sin pelo durante 30 días, los científicos descubrieron que las actividades de los antioxidantes y de las enzimas buenas habían aumentado en el intestino delgado, el hígado y los pulmones. Los investigadores de la Fundación Americana para la Salud de Valhalla, Nueva York, también informaron que las catequinas habían tenido un efecto positivo en las enzimas del hígado humano. La capacidad de dos enzimas hepáticas (citocromo P450 y glucuroniltransferasa) para neutralizar y excretar las sustancias tóxicas, aumentaron cuando se dio a los pacientes catequinas de té verde.